Aquella había
sido una noche de estreno. Salió de aquella habitación de hotel de la mano de
Sergio, con el convencimiento de que su vida había dado un cambio que Marta ya
no esperaba.
Durante un año,
esperó respuesta a una solicitud, con la esperanza de conseguir su anhelo más
oculto; pero el tiempo terminó con sus ilusiones. El día que le llegó el
telegrama, comunicándole la aceptación de sus trámites y el viaje previsto, con
relativa brevedad, la ilusionó.
Ahora tenía
que comunicar a su familia su secreto más oculto; recordando el comienzo de
esta aventura, habían llegado a la estación, la sonrisa de Sergio la sacó de su
ensoñación al hacerle un guiño de complicidad; lo miró sintiendo un cariño maternal recién
estrenado.
El adoptar a
Sergio fue su mejor decisión y aquella sonrisa la cautivó desde el primer día.
¡Qué entrañable historia, vivida por más de un alma generosa! Dando se recibe siempre... Me gustó la forma en que nos has presentado el relato, al jugar con habilidad al despiste
ResponderEliminarLlena de sentimiento y de humanidad, como todas las tuyas. Un abrazo.
ResponderEliminarTienes un don para el relato que me fascina. Felicidades.
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