¡Y tanto!. Nada es igual: el futuro es negro, el horizonte oscuro y amargo. No hay curación
posible, no existe posibilidad, porque ese muro
no deja ver el paisaje y, ni la bomba de Hiroshima, lo puede destruir. No
hay esperanza, sólo aguardar hasta pasar a la cuarta dimensión y, tras ver la
luz, podrá caminar de nuevo.
Este es un
pasaje de las memorias de un tetrapléjico.
Desesperanzador, es el adjetivo que se me ocurre al terminar de leer este breve fragmento de las memorias de un tetrapléjico. La rotundidad de sus afirmaciones es devastadora. No lo cuestiono, ¿cómo hacerlo?, simplemente es lo que siento.
ResponderEliminarCuando se vive en carne propia lo que has escrito, tiene un significado mayor. Quiero comprenderte y ponerme en tu lugar, es dificil.
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