Aquellas
vacaciones fueron inolvidables para Pedro. Podían haber sido fantásticas, pero
fueron las peores de su vida, de ahí que
no las pudiera olvidar. Su cuñado le entusiasmó para ir de crucero y pagaron
por anticipado, pero dos o tres días antes de salir de viaje les dijeron que la
agencia de viajes había cerrado y les dejaron compuestos y sin dinero, así que
el cuñado, aunque
él no había tenido la culpa tuvo que devolverle a Pedro lo que había pagado. Así que ninguno olvidará; Pedro recordará
siempre el crucero que nunca disfrutó y su pobre cuñado, los dos cruceros que
sin gozar de ninguno. ¡Aquellas vacaciones se fueron al traste!.
Tremenda la experiencia, pero siento que el cuñado de Pedro es doble víctima: por las vacaciones que no gozó y por el dolor de bolsillo que debe tener. ¡Menos mal que es pura ficción!
ResponderEliminarLa fantasía vuela. Frustrante historia la de Pedro y su cuñado, como para no pensar jamás en un crucero.
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