¡Que triste
está resultando el final del 2013!, se puede palpar el desaliento, sobre todo
en personas mayores que ven como algunos de sus hijos o nietos se han quedado
sin trabajo y por mucho que lo intenten, con las pensiones que ellos cobran,
poco o nada les pueden ayudar.
Por todas
partes que vayas; supermercados, almacenes, asociaciones, colegios, iglesias…,
puedes encontrarte con grandes cajas donde depositar alimentos y eso hace
recordar que son muchas las personas que no tienen lo imprescindible para
subsistir, y que tú no debes gastar en cosas superfluas, sino compartir y
tratar de dar un poco de alegría a los que no pueden, pero merecen, ser felices
igual que tú, y en estos momentos se encuentran pasando el peor mes de
diciembre que jamás pudieron imaginar.
Aunque un poco tarde, cuelgo hoy esta reflexión personal sobre esta última Navidad, en medio de la crisis y sus consecuencias, porque nos habla de la generosidad, la empatía y la solidaridad que, en contrapartida a tanta negatividad y pesimismo, se percibe en estos duros momentos. Gracias, Amalia.
ResponderEliminarEspero y deseo de corazón que, las próximas Navidades sean felices para todos.
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